La organización Unidos para Salvar la Misión (USM) se opone firmemente y condena cualquier acción actual o futura que busque prohibir permanentemente a los vendedores ambulantes en el Distrito de la Misión.
Los vendedores ambulantes son una presencia global en ciudades de todo el mundo, realizando contribuciones económicas, ambientales, sociales y culturales a las ciudades donde trabajan. Esto es cierto en San Francisco, y en particular en el Distrito de la Misión, donde el legado cultural de nuestros vendedores ha sido parte de nuestro patrimonio cultural y de nuestra economía cultural, mejorando nuestro distrito y convirtiéndolo en un vecindario acogedor y viable para todos los miembros de la comunidad y visitantes.
A pesar de sus contribuciones, los trabajadores informales están siendo estigmatizados actualmente con narrativas y acciones excluyentes por parte de las autoridades de la ciudad, siendo catalogados como ilegales o poco productivos. Mientras intentan presentar a San Francisco como una ciudad vibrante de 'clase mundial' que valora la equidad y la inclusión, los residentes, dueños de negocios y vendedores están siendo empujados a ser enemigos en lugar de crear un proceso para lograr que diversas actividades coexistan de manera saludable y legal en el espacio público.
Como coalición de grupos comunitarios e individuos que protegen a comunidades vulnerables contra fuerzas y narrativas gentrificadoras, luchando por el vecindario de la Misión guiados por nuestra interseccionalidad y honrando nuestra interdependencia mutua, USM hace un llamado a los residentes, dueños de negocios y autoridades de la ciudad a rechazar la práctica sistémica de gentrificación y debilitamiento de las comunidades pobres de color a través de métodos diseñados para desestabilizar nuestras comunidades ya vulnerables mediante la promoción de conflictos, desinformación y malentendidos.
También alentamos a todos a que se abstengan de una narrativa que demonice a los vendedores no autorizados cuando el proceso de obtención de permisos de la ciudad no fue un proceso liderado por la comunidad que incluyera a los vendedores, lo que llevó a caminos para otorgar permisos a algunos vendedores y otros quedaron excluidos, creando confusión y un mayor ostracismo de los trabajadores informales que buscan participar en un medio legal de obtención de ingresos económicos para ellos y sus familias.
USM se compromete a trabajar dentro de un proceso comunitario que incluya a nuestros vendedores en asociación con la Ciudad para crear una iniciativa liderada por la comunidad que aborde los problemas de seguridad que están enraizados en resultados equitativos.
Sabemos que, trabajando juntos, podemos resolver los problemas que enfrentan nuestros residentes más vulnerables sin criminalizar ni estigmatizar a estas poblaciones en peligro y sin alimentar el sentimiento antiinmigrante, antilatino, antinegro, antindígena y en contra de cualquier persona de color que ya existe.
En comunidad,
Unidos para Salvar la Misión